El diccionario es una de las herramientas más importantes que utilizamos en Tradel-Barcelona Traductores Jurados y Técnicos, pero el diccionario de una lengua no es una publicación definitiva, cambia y evoluciona cada año según los usos y costumbres de los hablantes.
Por ejemplo, el año pasado, la Real Academia Española aceptó términos como “Espanglish” (modalidad del habla del algunos grupos hispanos de los Estados Unidos en las que se mezclan elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés) o como “Euroescepticismo” (desconfianza hacia los proyectos políticos de la Unión Europea). Ambas palabras se refieren a dos conceptos que no existían como palabra en nuestro idioma y que la RAE ha terminado aceptando porque su uso entre los ciudadanos y medios de comunicación está plenamente extendido.
Además de nuevos conceptos, la RAE también estudia aquellas palabras que ya existen en el diccionario, pero que se utilizan con otra ortografía o expresión en el uso diario. Por ejemplo, la palabra “mayonesa” también está aceptada como “mahonesa”, por su extendido uso. “Mahonesa” así mismo, puede referirse al gentilicio femenino de la isla de Mahón o bien a una planta. Otro ejemplo sería “México” que, por su extensión, también se ha aceptado como “Méjico”. Lo mismo ocurre con “Sudamérica” o “Suramérica”.
Como vemos, estas palabras han sufrido pequeñas variaciones en su uso hablado y la Academia, que estudia y valora los cambios que experimenta la lengua, termina incorporándolos como válidos. También hay muchos ejemplos de palabras que pueden acentuarse de forma diferente y son igualmente válidas. Por ejemplo, es igual de válido “periodo” que “período”, o “futbol” que “fútbol”.
Además de estas palabras tan comunes, hay otras palabras que la RAE ha terminando aceptando y que han levantado polémica entre algunos expertos, como lingüistas, traductores o editores. Por ejemplo, en su última edición se incorporó la palabra “amigovio” (persona que mantiene con una relación de menos compromiso formal que un noviazgo) o las tan polémicas “güisqui” o “zum”, esta última para referirse al movimiento de alejarse o acercarse de una cámara.
Por último, hay un grupo de palabras que se han aceptado porque tienen un uso muy extendido en un registro más vulgar y así lo entiende la institución. Por ejemplo, se incluyen palabras como almóndiga (forma vulgar de ‘albóndiga’), toballa (descrito como ‘nombre femenino desusado de toalla’) y una de las más discutidas, asín, como adverbio vulgar de ‘así’.
Tras esta breve explicación, ahora podemos entender por qué los traductores debemos estar al día de todas las novedades de cada lengua, dado que evolucionan constantemente. Además, es importante conocer los diferentes registros de cada lengua, una distinción que no hacen los traductores automáticos. Así, por ejemplo, si estamos traduciendo un diálogo del inglés al español que está escrito en un tono vulgar, tal vez debamos optar por elegir “asín” en lugar de “así”.
¿Qué otras palabras conoces que pueden escribirse de dos maneras diferentes?
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