Sant Medir, junto con la Festa Major de Gràcia, es la celebración de referencia del barrio de Gràcia de Barcelona. Las calles y las plazas de esta zona de la ciudad se llenan, desde primera hora de la mañana, de caballos y carruajes cargados de quilos y quilos de caramelos que se ofrecen a los viandantes hasta el fin de la fiesta casi llegada la media noche. Los tambores y bandas de viento acompañan el trote de los jinetes y hacen vibrar las estrechas calles de Gràcia.
Para los más pequeños del barrio esta es una de las mejores fiestas del año puesto que, al final del día, suelen llegar a casa con bolsas repletas de caramelos. Desde la oficina de Tradel Barcelona – Traductores Jurados y Técnicos, en la plaza de la Virreina, vivimos esta celebración año tras año con mucha ilusión. Por este motivo, en este artículo os queremos explicar los orígenes esta curiosa tradición.
Todo empezó el año 1828 en el número 111 de la calle Gran de Gràcia que, por aquel entonces, se estaba reurbanizando. En el local de la planta baja que hacía esquina con la calle Sant Marc, se instaló un horno de pan que también ofrecía pastelería. Su dueño, Josep Vidal i Granés, no gozaba de muy buena salud y, siendo tan cristiano como lo era él, prometió a Sant Medir que si se curaba iría cada 3 de marzo (día del santo) desde Gràcia a la ermita de Sant Medir de Collserola en romería. En el año 1830, después de una notable mejoría de su dolencia, cumplió su promesa.
Para celebrarlo, ofreció a sus familiares y amigos más cercanos dulces de su pastelería como muestra de gratitud al santo. Un año más tarde, algunos de sus familiares y amigos se sumaron a la romería y cada año la afluencia fue mayor. La primera referencia escrita de la fiesta data de 1853 y se encuentra en el Diari de Barcelona. En la nota se anunciaba una gran fiesta de Sant Medir en la que participaban, por aquel entonces, 300 personas.
En 1926, todas estas colles (peñas) se agruparon en la Federació de Colles de Sant Medir, entidad que impulsa actualmente esta tradición y que la mantiene con muy buena salud desde hace décadas. Actualmente, las calles de Gràcia se llenan de vecinos y visitantes especialmente a partir de las ocho de la tarde, que es cuando empieza el desfile de carrozas que tiene lugar en la calle Gran de Gràcia donde todo empezó de la mano del pastelero Vidal.
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